En Mardin las redes sociales han aumentado y disminuido la privacidad al mismo tiempo. La privacidad de los individuos ante los miembros de su familia ha aumentado; los adultos jóvenes y sus amores secretos pueden almacenar imágenes de sí mismos en sus teléfonos y comunicarse en privado mediante los servicios de mensajería de WhatsApp y Facebook, ocultos a la mirada de sus padres y familiares. Sin embargo, al mismo tiempo las redes sociales han dado lugar a la exhibición pública de conductas que tradicionalmente han pertenecido a un ámbito más privado. Katibe es una estudiante universitaria de 22 años de edad, pero es originaria de otra ciudad de la región. Mantiene una relación prematrimonial semi-secreta con un joven que conoció en la universidad. Su madre, sus hermanas y sus amigos de la universidad lo saben, pero nadie más. Si esta relación llegase a ser conocida en su ciudad natal, esto podría dañar la reputación de Katibe y la de su familia.
Mientras que en la universidad muestran su relación abiertamente, Katibe vive con el temor de que aparezca en Facebook alguna fotografía que la retrate cogida de la mano con Lezgin y que de este modo llegue a sus familiares y los amigos de la familia. Así que cuando sus amigos de la universidad toman fotos de grupo y las publican en Facebook, Katibe se asegura de que la imagen no revele la intimidad que existe entre ella y su novio. Las imágenes se comparten previa autorización de Katibe y otros jóvenes retratados en la imagen. Aquí los límites entre las diferentes esferas sociales siempre han sido vigilados y controlados. Pero las redes sociales hace de esta una tarea difícil, amenazando la frontera entre los dominios privados y semi-privados.