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Qing es un estudiante de primero de secundaria que vive con su hermana mayor, sus padres y sus abuelos, en una de las aldeas apartadas que se encuentran en la periferia de una ciudad industrial. A diferencia de algunos de sus compañeros de clase que proceden de familias ricas, la casa de Qing no dispone de acceso a internet. Además sus padres sólo tienen sencillos teléfonos con funciones 2G, que tampoco ofrecen la posibilidad de conectarse a internet.
La principal oportunidad de Qing para acceder a las redes sociales es durante su clase de informática quincenal en el instituto. El profesor de TI permite que los estudiantes jueguen con los equipos durante los últimos veinte minutos de cada clase. Muchos alumnos utilizan este tiempo para acceder a sus perfiles en redes sociales, mientras que otros incluso instalan juegos en los ordenadores de la escuela. Otra alternativa a la que Qing recurre ocasionalmente es la de tomar prestados los teléfonos inteligentes de sus primos mayores cuando están en casa.
La posibilidad de utilizar los ordenadores de la escuela no resuelve totalmente las dificultades de Qing para acceder a Internet. De hecho, su perfil de redes sociales en línea refleja sus limitadas posibilidades de acceso. Muchas plataformas de redes sociales en China premian a sus usuarios adjudicándoles puntos y niveles basados en el tiempo que pasan conectados a la red. Los estudiantes procedentes de familias más pobres, con acceso limitado, a menudo tienen menos puntos y niveles más bajos que los de familias más ricas. Esto significa que el propio perfil de redes sociales de Qing se convierte en una demostración visual de sus dificultades de acceso a Internet y, por extensión, los limitados recursos de su familia. Qing explica: "Sólo accedo [a las redes sociales] para tratar de subir un nivel en la clase de informática. Sólo una vez por semana, para subir rápidamente de nivel. Ni siquiera estoy segura del nivel en el que estoy ahora mismo".
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